Recomendaciones semanales - especial BFoto (y Capa en color)
Esta semana me voy a olvidar de posibles marcadores que haya recogido durante la semana, en la cosa fotográfica, y me voy a centrar en la rica jornada que pasamos ayer en Barbastro, provincia de Huesca, en el Somontano de las sierras prepirenaicas. Para los que no la conozca, Barbastro es una ciudad pequeña. Como lo son las de todo Aragón salvo la macrocefálica capital. Algo más de quince mil habitantes, y una fuerte dependencia de la agricultura; es la cabecera de la comarca del Somontano, que alberga una próspera industria vitivinícola, con una denominación de origen que produce caldos de excelente calidad. Pero lo que decía... una población limitada.
El caso es que esta simpática ciudad es sede de AfiB, Asociación fotográfica y de la Imagen de Barbastro, que tiene ya una trayectoria respetable en el tiempo, que no es producto de la moda digital ya que nació en 1982, y que a pesar de no ser muchos, son dinámicos y activos. Y desde hace unos cinco años organizan el festival de fotografía BFoto, muy dinámico, con una calidad notable en las obras expuestas y las actividades realizadas, y con una preocupación especial por los talentos jóvenes y emergentes. Aunque no faltan los talentos consagrados y los talentos locales.
El caso es que desde AFZ, Asociación de Fotógrafos de Zaragoza, se organizó para el día 23 de junio de este 2018 una excursión para pasar el día en compañía con algunos miembros de AfiB y organizadores del festival, atentos y amabilísimos como pocos podrían ser, y visitar las exposiciones. También estuvieron presentes algunos miembros de la asociación de fotografía Litera Full Frame, venidos desde Binéfar. Además de la visita a las exposiciones, comimos todos juntos, intercambiamos fotografías en el Coso barbastrense, y nos tomamos algún chisme para paliar el calor de estos primeros días de verano. Aparte de ir visitando la ciudad de paso.
Pero vamos con las exposiciones y los fotógrafos. La sección del festival que más me ha llamado la atención ha sido la dedicada a los fotógrafos, en esta ocasión fotógrafas, emergentes. Cuatro son las que exponían en El Moliné, excelente centro de exposiciones... y oficina de turismo.
Beatriz Aísa es ya bien conocida por nosotros. Esta geógrafa/fotógrafa, artista en general, ha sido responsable de que entrará a muchos el gusanillo de la fotografía estenopeica y otras técnicas alternativas fotográficas como la cianotipia. El trabajo que presenta es resultado de un programa de residencia de artistas en el Espacio Portalet en el verano de 2017, y a través del uso de la fotografía estenopeica y la solarigrafía nos ofrece su punto de vista y su reflexión alrededor del emblemático Pic du Midi d'Ossau, viejo volcán extinto, pico emblemático del mediodía francés, casi en la frontera con España, desde la que también es una montaña notable,... aunque en este caso mirando hacia el norte.
Cristina Sánchez nos presenta una serie de trípticos, en pequeño tamaño en su mayoría, verdaderos haikus fotográficos, que como los literarios nos hablan de la vida y la muerte, de la naturaleza y del paso de las estaciones.
Marta Pareja nos presenta su conjunto de reflexiones y metáforas visuales sobre la percepción del entorno, el paisaje y la naturaleza. Muchas excelentes fotografías en formato cuadrado en blanco y negro, desconozco si usa equipo analógico o digital, que me gustaron mucho.
Finalmente, la mejicana Rebeca Cordero juega con el equívoco al presentar idílicas escenas domésticas representadas en comercios de mobiliario doméstico.
El tema principal del festival del año 2018 es RURAL, centrándose en la vida, los problemas o el paisaje del mundo de las pequeñas poblaciones, agrícolas en su mayoría, y su relación con el paisaje. Y son diversas las exposiciones que nos hablan de este tema. Voy a comentar algunas... no todas para no hacerme excesivamente prolijo.
Creo que ya he traído a estas páginas al riojano Carlos Traspaderne (también sobre arquitectura brutalista y sobre Adriana en sitios) y su deambular por las riberas del Ebro buscando las edificaciones precarias o efímeras que surgen entre los campos del valle de este río principal en buena parte de la península. Elegante fotografía realizada con una Hasselblad.
Ricardo Cases nos ofrece una visión muy chocante, muy expresiva del mundo de la caza, que no dejará indiferente a nadie. A favor. O en contra. De la caza. Las fotografías son excelentes.
La local Katerina Buil nos presenta una serie muy íntima y próxima al optar por su propia abuela, que vive sola en un pequeño pueblo pirenaico para mostrarnos la dureza y la potencial, y real, soledad de los habitantes de ese medio.
Otro altoaragonés, Antonio Lachós, se toma el paisaje transformado por el ser humano con cierto humor, pero también con reflexión, a través de su serie de coches abandonados en medio del campo.
Junto al anterior, el murciano José Quintanilla busca el aspecto de los procesos antiguos, especialmente similar a la platinotipia, para reflexionar sobre el impacto del paso del tiempo en los objetos, los lugares y el paisaje. Grandes formatos, para una exposición visualmente llamativa, pero que convenció menos que otras.
No tiene un tema explícitamente relacionado con lo rural, pero la serie sobre los miedos nocturnos de una insomne Myriam Correa también llamó la atención.
Como he dicho no voy a ser exaustivo. A lo largo y ancho de Barbastro se pueden encontrar bares, librerías, escaparates de tiendas y otros establecimientos que albergan y exponen obras vinculadas al festival. También los "verotipos", grandes copias de fotografías sobre la mujer rural en los muros de la canalización del río Vero a su paso por Barbastro.
Como mención especial, en uno de los cafés de la ciudad podemos encontrar una breve representación de una serie de depósitos de agua en poblaciones rurales de la presidenta de AFZ, Beatriz Orduña, que a algunos nos recordó los trabajos de la pareja formada por Bernd y Hilla Becher, aunque ella confesó que no eran una referencia suya.
Una jornada cansada, pero afortunada. Comentar simplemente que para hacer el reportaje fotográfico de la jornada me llevé la Panasonic Lumix G9 sobre la que monté el 95 % del tiempo el pequeño "pancake" G 14/2,5 ASPH de Panasonic. En un par de ocasiones sólo usé el Leica G Macro-Elmarit 90/2,8 ASPH para acercarme un poquito al objeto. Las fotos son directas de cámara, usando el perfil de color para fotografía en blanco y negro que introdujeron hace unas semanas en la actualización de firmware, L.Monochrome D, y que me gusta mucho. Nada de procesado del archivo RAW aquí; el JPEG acompañante tal cual sale.
Hoy domingo, AFZ ha continuado visitando exposiciones, con una visita guiada a "Capa en color", que ya pude visitar hace un par de años en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, pero siempre es un placer revisitar la obra de genial, y algo caradura, Robert Capa. Y aún volveré a verla alguna vez más mientras esté en el Caixaforum Zaragoza. La foto realizada con la pequeña Leica D-Lux.